lunes, 29 de julio de 2013

Hierbabuena

Hierbabuena.
Por Mady Miranda de Alvarez
Llegué a casa justo antes del amanecer.  Ví que el balcón estaba sucio y aproveché que la escoba estaba a la mano para limpiar un poco. Al sentir mi presencia el gato se acercó a saludarme. Dejé la escoba a un lado y lo acaricié un poco mientras admirábamos el mar en el tenue resplandor que anunciaba la mañana. Luego  revisé las plantas que tenía en potes.  La albahaca morada, la ruda, la salvia y la sábila estaban muy lindas. La hierbabuena necesitaba poda así que le quité algunas hojas. Las llevé a la cocina, las amarré con un lacito rojo y las colgué para que se secaran. Puse la cafetera a colar mi primer café del día. Volví al balcón para tomar la escoba y guardarla antes de que te despertaras pero llegué muy tarde. La viste llena de rocío de la noche y luz de luna. “Dijiste que aquí en la ciudad no andarías en eso”.   “Lo sé. Pero mi amiga necesitaba mi ayuda y como están las cosas es más seguro viajar así que en el carro”.  Sonreíste, moviste la cabeza desaprobando y fuiste a servirme mi café mientras el sol pintaba de colores las nubes sobre el mar.


Panamá, 8 de junio de 2010



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