jueves, 21 de julio de 2011

Otro cuento: Todo sigue igual

En el laboratorio del telescopio Huble la actividad era intensa. El Dr. Stein introducía datos en la computadora para alimentar el programa de cálculo de distancias espaciales. Tras colocar toda la información, la computadora arrojó los resultados que el científico esperaba. El sistema solar se acercaba a un “wormhole”*. En un mes estaría rozando la atmósfera de la Tierra. Si sus cálculos eran correctos,  los efectos de esta colisión podrían ser aterradores. Podría cambiar el espacio-tiempo de la Tierra. Podría trastocar la continuidad histórica. ¡Solo Dios sabe qué universos paralelos se darían cita en esta gran conjunción! Afortunadamente, el contacto solo sería por 6 horas. Pero en ese tiempo ¡qué no podría ocurrir!

                           
Sonó el timbre de salida en la escuela y Jeo terminó de arreglar sus libros en la maleta. Esperó con calma que sus compañeros salieran del salón de clases, ubicado en el segundo piso de un vetusto edificio ubicado en las áreas revertidas del Canal de Panamá. Cuando la turba se hubo disipado, tomó su maleta de rueditas y la haló hacia la planta baja. Era muy divertido bajar la maleta por la escalera porque iba haciendo ese ruido de tac- tac- tac al bajar. Su mamá siempre le decía que no lo hiciera porque iba a dañar su maleta pero a él se le olvidaba. Como siempre, lo esperaban sus vecinas, la profesora de arte de la escuela y sus dos hijas, ambas estudiantes del colegio, como él. Era divertidísimo viajar con ellas. Inventaban historias, decían chistes y lo mejor, aprendía malas palabras. Claro que no las repetía pero era bueno saber estas cosas, por si acaso.
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*wormhole o agujero de gusano
En física, un agujero de gusano, también conocido como un puente de Einstein-Rosen y en malas traducciones "agujero de lombriz", es una hipotética característica topológica del espacio-tiempo, descrita por las ecuaciones de la relatividad general, la cual es esencialmente un "atajo" a través del espacio y el tiempo. Un agujero de gusano tiene por lo menos dos extremos, conectados a una única "garganta", pudiendo la materia 'viajar' de un extremo a otro pasando a través de ésta.
El primer científico en teorizar la existencia de agujeros de gusanos fue
Ludwig Flamm en 1916. En este sentido la hipótesis del agujero de gusano es una actualización de la decimonónica teoría de una cuarta dimensión espacial que suponía -por ejemplo- dado un cuerpo toroidal en el que se podían encontrar las tres dimensiones espaciales comúnmente perceptibles, una cuarta dimensión espacial que abreviara las distancias...y así los tiempos de viaje. Esta noción inicial fue plasmada más científicamente en 1921 por el matemático Hermann Weyl en conexión con sus análisis de la masa en términos de la energía de un campo electromagnético.
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El mundo de las muchachas de secundaria poco a poco dejaba de ser un misterio y se convertía en un lugar entretenido y cómodo para él, quien estaba en cuarto grado y no tenía hermanos. Las chicas eran buenas con él y conversaban de todo. Se sentía grande y confiado.  Vivían a 10 minutos de la escuela cuando no había tráfico pero, a las dos y media de la tarde,  tomaban hasta una hora. La profesora tomaba el camino más largo el cual no necesariamente era el más lento y se demoraban alrededor de 20 minutos en llegar. A Jeo le gustaba más este camino pues tenían que atravesar el parque Metropolitano que a él se le antojaba como una selva amazónica. De hecho, le decían “el camino selvático”.  Puso su maleta en la cajuela del pequeño carro de sus vecinas y se acomodó en su asiento.

Stein introdujo nuevos datos en la computadora. La colisión se daría más pronto de lo que él pensaba. De hecho, el “wormhole” estaba alcanzando la órbita de Júpiter. La rapidez de su trayectoria hacía pensar que en lugar de un mes, sentirían los efectos en cuestión de horas.

La esposa del panadero del pequeño pueblo italiano de Bari nunca olvidaría ese día. Salió a tender la ropa, aprovechando el espléndido verano mediterráneo. Un caballero de brillante armadura salió de la nada, rompió la alambrada y luego desapareció en la brisa fresca de la mañana. La señora soltó la canasta de ropa limpia y se desmayó.

En Kenya, los asombrados transeúntes de la moderna ciudad de Nairobi vieron un grupo de mamuts lanudos, perseguidos por una horda de hombres peludos, cubiertos con pieles de animales y armados con agudas lanzas. En cuestión de 10 minutos, la surrealista visión se desvaneció tan inesperadamente como había aparecido.

El alegre grupo de Jeo iba en el carro celebrando que era viernes, uno de los últimos del año lectivo. Hablaban de muchas cosas a la vez. Al entrar en la “calle selvática” todos se deleitaron con la suave sombra que proyectaban los árboles. Esto es una selva, dijo Jeo. “Si”, dijo la mayor de las muchachas. “Es tan antigua y espesa que un día de estos te va a salir un dinosaurio frente al carro”. A Jeo le molestó tanto que lo tomaran por un bebé, que repuso: “Oye, no me hables como a un niño, ya tengo 9 años” y puso cara de enfado. En ese instante, un enorme tiranosaurio rex salió de entre la enmarañada vegetación, haciendo vibrar la calle. La profesora frenó el carro y los cuatro contemplaron extasiados la mágica visión del enorme animal que se desplazaba por la calle y desaparecía entre los árboles al otro lado.

Las extrañas apariciones se dieron en todas partes alrededor del mundo. La prensa se dio gusto filmando gente y animales desaparecidos, fragmentos de lugares y  tiempos que el “wormhole” iba trayendo y llevando. Después de 6 horas, el extraño evento siguió avanzando por el cosmos. Para los habitantes de la Tierra, la vida siguió igual.  Se organizó una conferencia de prensa con representantes de la comunidad científica de todo el mundo, encabezada por el Dr. Stein. Éste explicó el fenómeno y aseguró que nada había cambiado en el espacio-tiempo conocido.  Todo seguía igual. La conferencia se llevó a cabo en la capital de los Estados Confederados de Norte América, Richmond. También hubo expertos de los Estados Unidos Latinoamericanos, del Gran Imperio Británico… en fin, de todo el mundo. La histeria colectiva se disipó después de la difusión de la conferencia y nadie se siguió  preocupando. Total, no se notó ningún cambio en la continuidad de los acontecimientos.

Jeo se despertó temprano y recordó que era sábado, 25 de octubre de 2008. Recordó también que finalmente, papá había regresado de su viaje. Ese día irían al zoológico-museo. Ya habían pedido el permiso correspondiente a las autoridades de la Compagnie Universelle du Canal de Panamá, quienes, después de más de 125 años de haber construido el Canal, todavía tenían absoluto control sobre las áreas del parque Metropolitano y la cuenca canalera. El tiranosaurio rex era la estrella de la exhibición pero a él le gustaba más ver los diplodocos y los mastodontes porque no eran nativos del tròpico. Se levantó y corrió al baño. Al salir, sus padres, la profesora de arte, el Dr. Stein  y sus hermanas, las chicas de secundaria lo esperaban mientras tomaban su primer café del día.  Todos comentaban lo del wormhole. Contra todos mis cálculos,  dijo el Dr. Stein, nada cambió. Gracias a la Diosa.




 

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